"Seguimos con la ruta por la mancha"


                           Pues continuamos nuestra ruta por la Mancha visitando un pueblo de Albacete, llamado Tinajeros, donde decidimos parar a comer.
                           
                           Tinajeros es el típico pueblo de la Mancha que se encuentra a unos veinte minutos de Albacete ciudad, pero que parece que esté perdido en medio de la nada, cosa que a mi me encanta.
                           Comimos en el típico bar de pueblo, pero de que manera comimos. Escogimos para compartir un paté casero, que estaba espectacular, y un plato de embutido combinado, que era de muy buena calidad. Como plato principal, elegimos unos huevos con patatas y chuletas, que estaban riquísimos.

El plato principal: huevos con patatas
            Este era el plato de paté.           
Las chuletas que acompañaban a los huevos con patatas.

                  




                            
                       Después de comer, fuimos a ver las bodegas del jugador del Barça y de la selección española, Andrés Iniesta, donde compramos unos vinos y nos fotografiamos con la estatua que hay en su honor. Además, quisimos visitar el museo que hay junto a las bodegas, pero solo estaba abierto por las mañanas en verano. 

                     


                      Al acabar, nos fuimos a visitar otro pueblo, Alcalá del Júcar. Este pueblo tiene algo que le caracteriza principalmente, ya que esta rodeado por el río Júcar, y además, tiene un castillo no muy grande, pero con mucho encanto.
                      La entrada costaba 2e y había que comprarla en una pequeña tiendecita por la que había que pasar para entrar al castillo.

                      El castillo estaba formado por tres plantas y unas vistas espectaculares al paisaje que le rodea.  




                        Al acabar de visitar el maravilloso castillo de Alcalá del Júcar, fuimos a visitar el pueblo de Cofrentes. Aquí, paseamos por el pueblo, bajamos a ver el río e intentamos visitar el castillo, pero para cuando llegamos ya estaba cerrado.
                        Además, después de pasear, fuimos a cenar a un bar del pueblo, donde nos atendieron muy bien y cenamos muy tranquilos.


                        Para concluir, puntuaré con un 9'5 esta mini escapada, ya que ha sido muy bonito e interesante conocer un poco más de Castilla la Mancha y de sus pueblos.


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