Cambio.

Queridos lectores,

Después de un par de semanas de ausencia por aquí, vuelvo al blog. Y lo hago para hablaros de los cambios.
El “cambio”. Esa palabra que tanto miedo nos da a muchos y que tanto ansiamos otros. Y eso es porqué cada uno de nosotros tiene una concepción de los cambios. Mientras unos pensamos que son para bien, unos otros piensan que no lo son. Y muchas veces, prevalece el hecho de pensar que no lo son. Esto es por el miedo a salir de nuestra zona de confort, donde nos encontramos a gusto y donde somos felices.
Pero por suerte o por desgracia, las cosas, los tiempos, hasta incluso las personas, cambian. Y esto es así, y hay que aceptarlo.

Muchas veces esos cambios serán positivos, y otras no lo serán. Puede que sean duros, complicados... y que nos cuesten de afrontar. Pero, si algo he aprendido a estas alturas de mi vida, es que todos y cada uno de los cambios que surgen en nuestras vidas, surgen por algo. Y que si algo no es, es porque no tiene que ser, porqué la vida nos tiene preparado algo más bonito y mejor, es decir, aquello que nos merecemos.
Y es evidente lo triste que es dejar atrás cosas, hábitos, momentos... que nunca recuperaremos porqué algo ha cambiado en nosotros o en nuestra vida. Y todos, más que tener derecho, NECESITAMOS (así en mayúsculas y con brilli brilli) un período de adaptación a esos cambios, a aceptarlos y acoplarnos a ellos. Y una vez pase ese período habremos comenzado a dejar de nombrar con la palabra “cambio” a algo que ya tomamos como habitual.

Porqué, queridos lectores, la vida es eso, una evolución continua y sin pausas, con muchos cambios, totalmente necesarios para el desarrollo de la misma. Porqué una de las mejores cosas que tenemos los seres humanos es la gran capacidad de adaptación a todo aquello que cambia en nuestro entorno. Y aunque muchas veces parezca imposible, acabamos superándolos, sintiéndonos orgullosos de haberlo conseguido.

Gracias por leerme. Siempre.
Ainoa.

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